Traductor! Igual no traduce demasiado bien XD

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domingo, 15 de enero de 2012

Relato parte 8

/Nota: Vale, tenéis permiso para matarme o hacerme lo que queráis, siento mucho la tardanza, pero es que en navidades me he centrado en la novela (que por cierto, va bien) y me había olvidado casi por completo del relato. (También mencionar que perdí el archivo y tuve que reescribir la parte. Sí, ya lo sé, más gafe que yo no hay.) 
Pues bien, dicho esto dejo que disfrutéis de la penúltima parte del relato./


—Bu—exclamó él.
El rubio paró el golpe de la chica con la mano.
Ella bufó con cansancio, no le apetecía nada sufrir el sentido del humor de Daan.
—Explícame algo— pidió él aún sin soltar la mano de ella, la cual seguía manteniendo en el aire.
Ella se giró hacia la víctima, zafándose de la mano de él. Ignorándolo.
— ¿Por qué has bajado del tejado a la casa y luego has vuelto a subir? —preguntó con cierta picardía—Sinceramente no tiene sentido…
Ella manoseó el cadáver con la furia ardiendo en su interior. No soportaba al chico y ni siquiera sabía contestarle a la pregunta porque simplemente ni ella misma sabía la respuesta.
—Si te digo la verdad, lo mejor habría sido dejarte ahí solito matando hombres con gafas negras y largarme en un taxi robado—explicó mientras daba una patada al cuerpo y se giraba—.Pero, no. Volví al tejado no sé ni porque, solo para ayudarte, algo muy poco habitual en mí. Y por cierto, casi me matan, aunque eso, como siempre, son cosas sin importancia—Pasó por su lado y lo empujó con el hombro―. Larguémonos, nos están vigilando. Tratarán de hacernos una emboscada cuando menos lo esperemos. Se supone que no deberíamos saber nada, pero todo es demasiado obvio como para pasarlo por alto. Parece que no tienen mucho arte en esto, son demasiado ruidosos y previsibles ― giró un poco la cabeza y lo miró con una cara carente de expresión, tan vacía y fría que obligó al chico a apartar la mirada.
Ella volvió a girarse y caminó hacía un borde. El frío la atizaba, golpeándole en el vientre desnudo y en el cuello. Tenía mechones de pelo negro mojado pegado en la piel y la cara. La coleta empapada se mecía levemente. No se escuchaba otra cosa que al viento susurrar idiomas desconocidos, como melodías demoníacas, tétricas, que parecían burlarse de la tensión que aparentemente había entre ellos. La luz de la luna bañó en platino líquido los rostros de los asesinos.
—Gracias—dijo Daan cruzado de brazos en la lejanía del tejado. La chica giró la cabeza de golpe y lo miró con sorpresa y odio, ella no quería ninguna clase de agradecimiento de su parte, ahora no sabía cómo debía reaccionar. Él simplemente le respondió con una mirada juguetona— Era lo que querías oír.
Ella bajó a un balcón de un salto.
―Solo quiero escuchar a la noche— respondió apoyando las manos en la roñosa barandilla, sin mirarle.
Miró abajo, a la asquerosa calle repleta de botellas vacías y basura amontonada en las esquinas. El viento llevaba consigo el hedor a alcohol y motas de polvo.
Yary escuchó como Daan bajaba de un salto al balcón y se colocaba junto a ella al mismo tiempo que le susurraba a una peligrosa distancia: ―Yo soy la noche, Yary.
Ella giró el rostro hacía él. El pequeño aro negro que el chico llevaba en la oreja resplandecía, al igual que el bello rubio de los brazos y las greñas doradas. Los ojos verdes perturbadores se clavaban en los plateados de ella.
―No llegas ni a sombra― le respondió Yary con el mismo tono de voz juguetón que había utilizado él a la vez que se giraba y le daba con la coleta en la cara. Rió para sus adentros.
Yary se deslizó hasta las escaleras de incendios que había junto al balcón. Estaban oxidadas, frías y ásperas, el contacto con ellas era molesto, aunque casi no sentía nada por lo heladas y entumecidas que tenía las manos. Parecía que la temperatura de la noche bajaba por momentos. Cuando llegó al final de la escalera aún faltaban un par de metros para llegar al suelo. No vaciló ningún momento y se precipitó hacia abajo.
Aterrizó en postura felina y levantó polvo que voló por todos los rincones y que manchó el cuero de sus botas militares. Alzó la cabeza; se encontraba en un cruce de caminos, y ninguno fiable. Los tres estaban sumidos en oscuridad, lo único que alumbraba la zona era la luna llena y un aplique de luz junto a una vieja puerta que había bajo la escalera de incendios, seguramente sería la salida trasera de un bar abandonado.
Algo iba mal. Lo podía notar en el ambiente, en el olor, tal vez solo fuera su intuición.
Un ruido la alteró y provocó que sacara su navaja.
―Lo siento ― se disculpó Daan que había saltado de la escalera al suelo― No pretendía asustarte― su voz sonaba a pulla, o eso le pareció a ella.
Las comisuras de Yary se crisparon y volvió a mirar al frente.
―Ojala pudiera creerte.
El chico emitió un sonido parecido al de la risa y se colocó a su lado, tapando parte de la luz del aplique, lo que entorpecía la visión, que ya de por sí sola era nula. Ella lo miró con el ceño fruncido y cara de cansancio y lo apartó con un empujón de codo en las costillas. Daan se quejó y la miró con cara de dolor, pero ella lo ignoró.
―Los de la derecha e izquierda no me convencen, deberíamos ir por el del frente― explicó el chico con una mano en el bolsillo del pantalón y la otra acariciándose las costillas dolidas.
― ¿Qué? ― preguntó ella que no le había prestado atención, estaba demasiado concentrada en algo que había distinguido en el frente.
― Estoy hablando de los caminos ― explicó clavándole la mirada― He dicho que iría por este, el del frente.
Ella arrugó la nariz y entrecerró los ojos mirando a algo que el chico no supo distinguir. Preparó la navaja.
―No, no es por ahí. Imposible.
― ¿Por qué?
Ella acarició la punta de la navaja con el dedo y acto seguido la lanzó al frente. Él chico la miraba con las cejas levantadas, sin comprender.
 De repente un cuerpo apareció de la oscuridad y cayó al suelo. Tenía la daga atravesándole el cuello y sangraba a borbotones. Llevaba gafas oscuras, como los otros dos tipos que habían matado antes.
―Por eso― Le respondió Yary con voz dura a la vez que aparecían más hombres tras el cuerpo, dispuestos a matarlos.
―Oh Dios…. ― susurró Daan con voz queda a la vez que sacaba la pistola y echaba a correr siguiendo a Yary que ya le había cogido ventaja y ya había sido engullida en un manto de oscuridad.

7 comentarios:

  1. *-* Me encanta. Me encanta, me encanta, me encanta. Daan está to sersi... Adoro tu historia y adoro a Yary *-*

    PD: A mí también me pasó algo parecido. Se me borró el archivo y tuve que volver a escribir varios capítulos de golpe y rápidamente. Pero te ha quedado muy bien, de verdad :DD

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  2. Awww yeah *wwwwwwwww*
    fantabuloso a más no poder! sin palabras!

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  3. 1-No me esperaba encontrar a yary tan parlanchina en el primer párrafo
    2-No sabía que daan llevará un pendiente
    3-Me encanta el feeling que se respira entre esos dos, jojojojojojo

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  4. gagbakbgajbgjsaooshnkbskbks *_*
    Me encanta el amor ese imposible o amor odio que hay ahnakjbkab
    Aunque me gustaria que acabaran como pareja *_* Yo se que no estoy muy a la historia, peroo... me molaa Daan *_* Yo ya pense que la iba a besar xD
    ¡Accion,accion! Yupii! Sarache quiere ver muertes y sangreeeeeeeee *_* No tardes en publicar! Y espero leerlo a tiempo *_* Sorry por la tardanza xD

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  5. Aaahh como echaba de menos a Yary, en serio T.T Que genial este capítulo. Me encanta la actitud que muestra Yary con Daan *_* Ah, y Daan me encanta tambien ehehehe Aunque he echado de menos la acción de los caps anteriores, por un momento pensé que iba a pasar algo entre Yary y Daan (Y que sepas que en el fondo quería que pasase xDD)
    Siguiente prontoo!

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  6. Por fin publicaaaaaaaaaass!!!!!!! lo echaba de menos!! me quede con ganas de seguir leyendo mucho mas!! =)

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